David Grossman, es considerado uno de los más importantes escritores de la literatura contemporánea israelí y sus obras, traducidas a muchos idiomas, han sido distinguidas con numerosos premios y
varias de sus novelas llevadas al cine.
Es conocido como un activista por la paz. Durante la segunda guerra del Líbano participó en una conferencia de prensa instando al gobierno a aceptar un cese al fuego y comenzar las negociaciones. Actualmente vive en las afueras de Jerusalén.
Por su talla intelectual y moral es una figura destacada en la lista de candidatos al Premio Nobel y forma parte de un comité que debate vías de entendimiento entre los pueblos israelíes y palestino. Con su obra “Gran Cabaret” consiguió ser el único autor israelí en ganar el prestigioso galardón Man Booker International.
Su última novela, «La vida juega conmigo» es el número 1 en la lista de los libros más vendidos en Italia e Israel.
Sinopsis: con motivo de la fiesta del noventa cumpleaños de Vera, Nina regresa. Ha tomado tres aviones que la han llevado desde el Artico hasta el kibutz para encontrarse con su madre, su hija Guili y la veneración intacta de Rafi, el hombre a quien todavía le tiemblan las piernas en su presencia. En esta ocasión, Nina no va a huir. Quiere que su madre le cuente al fin qué sucedió en Yugoslavia cuando Vera, joven judía croata, fue deportada al campo de reeducación en la isla de Goli Otok y ella tuvo que quedarse sola con seis años.
Cuando David Grossman nos avisa de que la vida juega con él, podemos asumir que al acabar este libro también descubriremos cómo la vida juega con nosotros. Nos sumerge en el remoto pasado de Yugoslavia que fue como una ciclogénesis perfecta donde se enfocaron los penúltimos huracanes de una Europa siempre conjurada en destruirse.